martes, 19 de julio de 2011

REFLEXIONES

Caridad es auténtico amor.

Dice el Apóstol San Juan(1 Jn,2,11) "El que ama a su hermano permanece en la Luz, en cambio, quien odia a su hermano está en las tinieblas". O también, " el que dice amar a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso".
La Caridad, llamada también amor a Dios y al prójimo, es el gran Mandamiento que Jesús dejó a sus seguidores.
Vivir la caridad significa amar a Dios en la persona de nuestros hermanos.
¡Qué distinto sería el mundo, si realmente viviéramos la caridad! Hay un dicho popular que señala " la caridad empieza por casa". ¡ Qué distinto sería el clima de amor vivido en familia!... la "pequeña Iglesia doméstica".
Podríamos hablar de ella, no como nuestra casa, sino de nuestro Hogar.
Sabemos que el amor se refleja en cada uno de nuestros actos, en nuestras palabras y gestos, en nuestros ojos que son el espejo del alma. Eso llevamos también a nuestro entorno. ¡ Si lleváramos esa caridad a nuestros trabajos, a las personas que viven en soledad, a nuestros amigos, a quienes forman parte de nuestras vidas, a los que Nuestro Señor Jesús nos coloca en el camino, a aquellos hermanos que por alguna razón, llevan en el alma sentimientos e intenciones poco cristianas!...¡ Qué distinto sería el mundo!
Quienes creen que basta tan solo con amar a Dios, se equivocan. No cuesta mucho arrodillarse frente a un Dios que no vemos, pero ¿ cúantos estamos dispuestos a "arrodillarnos", ayudando si es necesario al hermano que nos agrede por la espalda? ¿ Cúantos de nosotros estamos dispuestos a compartir nuestros hogares con nuestros padres en el período de ancianidad, brindándoles cariño, amor, compañía y cuidados, en lugar de llevarlos a un asilo de ancianos... para que no obstaculicen nuestro proyectos egoístas?
Jesús dice: " Lo que hicistéis con los más pequeños, conmigo lo hicistéis".
Y va directo al alma.
Debemos aprender realmente a amar, a ser caritativos y compasivos y a pedir con más frecuencia, que Dios aumente nuestra Esperanza, para que confiados en Él,esperemos ver algún día, que el amor de cada persona, extiende sus alas, para convertir este mundo en un lugar más humano, más digno y más feliz, desarrollando un sentido mucho más profundo y verdadero, de lo que realmente significa...amar a Dios.
Que la Divina Misericordia de Dios te acompañe en este camino y te cubra de Paz.

(Fuente: "sagradoweb")



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