Historia de la Virgen del Carmen
Existe en Palestina un famoso monte llamado Carmelo. Aquí surgió la
advocación de Virgen María del Carmelo. San Simón Stoock fue un
carmelita inglés que vivió durante el siglo XIII y que fundó diferentes
monasterios carmelitas por Europa. Cuenta la historia que San Simón era
muy devoto de la Virgen, a la que siempre rogaba un privilegio para su
orden. El 16 de julio de 1251, cuenta que se le apareció la Virgen
llevando en sus manos un escapulario y pronunciando estas palabras:
'Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los
Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego
eterno'
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las
estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía
con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las
aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.

El escapulario es un sacramental
Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.
El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos. Las gracias nos vienen por nuestra respuesta de amor a Dios y de verdadera contrición del pecado, lo cual el sacramental debe motivar.
Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.
El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos. Las gracias nos vienen por nuestra respuesta de amor a Dios y de verdadera contrición del pecado, lo cual el sacramental debe motivar.
(Fuente: "mujerfuerte.org")
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