“Al
atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, llegó Jesús y poniéndose en medio de los discípulos, les dijo: “¡La
paz esté con vosotros!”. Mientras decía esto, les mostró sus manos y su
costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor." (Juan 20, 19-21)
Abramos
nuestro corazón al Resucitado, y dejémonos llenar de su paz, de su
amor, de su bondad. Caminemos con él. Escuchemos su voz. Fortalezcámonos
interiormente con su Palabra de Vida. Acojamos su Espíritu que nos guía
hacia la verdad plena. Entonces nos iremos haciendo poco a poco,
instrumentos de su paz, constructores de paz en el mundo
en que vivimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario