sábado, 8 de agosto de 2015

Contigo estamos

 
Oración introductoria
Señor, con mi fe... quiero ser perseverante en mi oración, para amar mejor a los demás, para ser más bueno. Inicio mi oración lleno de esperanza al estar ante ti, con la seguridad que por el gran amor que me tienes, fortalecerás mi fe.

Petición
Jesús, dame la gracia de asimilar que la verdadera oración consiste en unir mi voluntad a la de Dios.

Reflexión

La fe, aunque es un don de Dios, debe crecer y fortalecerse con nuestra colaboración. Es como ir a un gimnasio: al levantar las pesas una y otra vez, nuestros músculos se desarrollan. La fe también debe ejercitarse, ponerse a prueba, alimentarse.

Necesitamos una fe fuerte, resistente, alimentada con las lecturas adecuadas, con la oración diaria, con los sacramentos y con todo aquello que nos ayude a fortalecerla.

Propósito
Rezar con mucha fe, diariamente, la oración a mi ángel custodio y rezar el Padrenuestro.

Diálogo con Cristo
Jesús, ahora veo que la oración es el medio por el cual podemos crecer en la fe. Sólo quien reza, es decir, quien confía en Dios, con un amor filial, puede sentirse bien y ser feliz.

Catholic.net


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