Señor, que en tu bondad
nos confías un mensaje de salvación
para trasmitir a nuestros hijos,
con el testimonio de la vida
y con la convicción de la palabra,
ayúdanos en esta grande y sublime misión.
Danos tu luz y el apoyo
de tu comprensión.
Acompáñanos con tu sabiduría.
permanece cercano a nosotros en estos días
indecisos de su pre-adolescencia,
y en los días difíciles de su juventud.
Enséñanos a abrir sus ojos
a todo lo que es bello
a abrir su espíritu
a todo lo que es verdadero y santo,
y su corazón a todo lo que debe ser amado.
Enséñanos a escucharles
y ayudarles poco a poco
a asumir sus responsabilidades
según su vocación,
no según nuestros deseos.
Y cuando no estemos ya aquí
nuestro cariño permanecerá junto a ellos,
hasta el día que nos encontremos todos unidos
en la casa del Padre.
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